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lunes, 11 de noviembre de 2013

Dichosa mariposa


Hoy, volviendo del cole, la pequeña Princesa está bastante pensativa. Da pequeños mordiscos a su bocadillo mientras mira al cielo en actitud distraída. Después de un rato de caminar en silencio no he podido evitar mirar yo también a ver qué era lo que la tenía tan absorta y chica, nada, allí no había nada. Así que le he pregunta:
Cariño, ¿qué miras?
Estoy buscando la mariposa, pero no la encuentro- me contesta ella sin dejar de mirar al cielo
¿Qué mariposa? Es otoño, y en esta estación no hay mariposas – contesto con mucha calma
Pero ésta si- me contesta ella sin bajar la mirada
Su hermano, que camina a nuestro lado, también ha tenido que mirar al cielo. Después de un momento me ha mirado a mí, y por último a su hermana. Como él tampoco ve  “la mariposa” comenta dándole una “patadita” al balón:
Tú flipas, aquí no hay ninguna mariposa- y se va corriendo con sus amigos
Mi experiencia en estas lides me dice que ante un comentario así, debo prepararme para una explosión de ira en un cuerpecito de siete años
            Mammaaaaaaaaa!!!!! Me ha dicho que yo flipoooooooo!!!!,- con un estridente grito condimentado de paso con unas lagrimitas para ponerle sentimiento a la cosa
            Pero no,  esta vez no. Ella sigue mirando hacia arriba buscando la dichosa mariposa
No hay reacción, esto parece  grave- pienso mientras empiezo a prepararme para una conversación profunda con mi pequeña Princesa
Cariño- pregunto con la voz más dulce que puedo- ¿de qué mariposa hablas?
Bien. Hay reacción. Ella baja la mirada hasta la mía y sin un solo pestañeo me suelta:
Hoy nos ha dicho Juanito, que cuando una mariposa bate sus alas en América, aquí hay una tormenta, y yo quiero ver la mariposa para saber si tengo que coger el paraguas. Se llama teoría del “caso”  
Ole. ¿Y ahora qué?
Ella me mira con ojos inquisidores esperando una respuesta. Yo, tengo un ataque de risa interior (que he aprendido a controlar) y trato de recomponerme antes de que se dé cuenta
¿Cómo le explico yo a un personaje de siete años, lo que es la teoría del caos? Desde luego madres, tenemos que buscar la forma de  controlar las conversaciones que tienen nuestros pequeños en el patio…
Ella sigue esperando, y se impacienta. Me mira y mira al cielo desconfiada sin dejar de esperar su respuesta.  No va a ser nada fácil explicarle que no va a ver la mariposa….  
Princesita- le digo-  hay cosas que ocurren porque han pasado otras antes, es como a ver……
mira el bocadillo que tienes en la mano                                                                (  ella lo mira )
Si no lo comes rápido, se te va a caer la nocilla                                              ( lo mira por debajo)
Si se te cae la nocilla, te vas a manchar,                                                                 (se mira el baby)
Si te manchas, mama no se va a poner contenta                                                   (me mira a mi)
Si mama no está contenta, no te compra pokemon                                     (abre mucho los ojos)
Si no te compra pokemon, no vas a poder jugar con tu hermano                          (los abre mas)
Si no puedes jugar, te va a aburrir                                                             (se le humedecen los ojos)
Y si te aburres, no vas a estar naaaada contenta…. Y mama no quiere eso  ¿verdad?
En ese momento pestañea, me alarga su mochila y me dice – Sujeta- mientras va corriendo  a la papelera más cercana
Tira el bocadillo, se da la vuelta y me suelta: Asunto resuelto mamá! Ya podéis estar tranquilas tú y la mariposa - ¿Nos vamos ya a comprar los pokemon?
Sin palabras, os juro que me quedé sin palabras

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La volubilidad de las cosas


Últimamente está muy de moda aquello de “El Internet de las cosas”, que viene a ser  algo así como la conexión de objetos de uso cotidiano, que a través  de un pequeño chip que llevarán instalado, se vuelven “inteligentes” y nos avisan, por ejemplo, de la comida que va a caducar o permiten encender la calefacción desde el móvil. Algunos de estos dispositivos empiezan a aparecer, tímidamente en el mercado

Claro,  era cuestión de tiempo que llegáramos a eso, aunque yo me había quedado en  “La Volubilidad de las Cosas”,  que debe ser el estado anterior al de Internet

Muchas veces me he preguntado, ¿Qué extraña fuerza hace que en el preciso momento en el que te agachas para recoger algo que se ha caído, una inocente goma de borrar salga volando y aterrice accidentalmente en el ojo de la Pequeña Princesa? O  ¿Por qué el día que hay espinacas para cenar, el vaso de leche del Príncipe se vuelve inestable y acaba derramándose sobre el plato caliente justo en el momento en que llaman a la puerta?

Cuando hago estas preguntas a los pequeños, ellos me ponen esa carita suya de “Soy inocente y no necesito explicarme” y me miran como diciéndome: Ah pues, ni idea! ¿Cómo ha podido ocurrir? Ja!  Y encima, esperarán a que yo solita resuelva el misterio de las cosas que se mueven solas, y de paso, que no les caiga a ellos un chorreo!

Espero mucho de este nuevo estado de las cosas, el de Internet, porque, ya que voy a poder recibir un mensaje en el móvil cuando se me acabe la leche de la nevera, seguro que alguien se inventa la forma de avisarme antes de que el próximo balón se estrelle contra una ventana mientras los niños están tranquilamente leyendo en el jardín

Ahí lo dejo

martes, 22 de enero de 2013

Hoy a nevado en Madrid

Hoy ha nevado en Madrid

Quince minutos. Solo han sido quince los que me han caído a mí esta mañana, pero suficiente para colapsar el centro, para salir en todos los telediarios.
Hoy me ha costado una hora y quince minutos llegar a la oficina, recorrer esa "ruta de peregrinación" que seguimos muchos todas las mañanas para llegar hasta nuestro puesto de trabajo.

Mientras estaba alli, totalmente parada en un atasco infernal, miraba en twitter a ver que decían de la nieve... por curiosidad. Muchos twits avisaban ya desde hacía un par de horas de la que estaba cayendo y recomendaba coger el transoprte público. Tengo que empezar a leer estas cosas antes de salir de casa...

Mientras avanzaba despacito entre los coches pensaba: la verdad es que les va a encantar a los niños, con lo que les gusta la nieve. Seguro que en cuanto llegue a casa esta tarde, me van a preguntar que cuando volvemos a esquiar.

Pues no ha sido así... sino peor!. Cuando he abierto la puerta de casa, la pequela Princesa y su hermano, habían sacado las botas de esquiar a la entrada y me esperaban sentados cada uno en una.

Mami, esta mañana  a nevado. ¿Podemos irnos a esquiar? Es curiosa la memoria selectiva de los pequeños: No se acuerda de lo que ha hecho en todo el día en el cole, pero recuerda perfectamente que esta mañana ha visto nevar desde la ventana de su clase.

Me ha costado un poco explicarle que el viaje iba a ser largo, que llegaríamos por la noche y que tendríamos que volvernos sin esquiar porque mañana hay cole.

No estoy segura de que lo haya entendido muy bien, pero se ha dado la vuelta y le ha dicho a su hermano- Vale, pues esquiamos aquí!

Dicho y hecho.

Han cogido sendos trapos cada uno a modo de esquís y, como bastones,  unas espadas de gomaespuma curtidas en mil batallas (una para cada uno, porque no tenemos mas...) eso si, con el casco de esquiar calado hasta las orejas, y así han empezado a "esquiar" de un lado al otro del pasillo.

Yo, con enormes reflejos, he corrido a la cocina y he escondido cualquier bote de harina, azúcar o semejante... no sea que se les ocurra que vuelva a nevar, pero esta vez ¡dentro de casa!

La cosa no ha llegado a mayores, al revés; han pasado una tarde estupenda bajando por las laderas, sorteando banderolas e incluso saltando montículos de nieve imaginaria

Cuando acabe la cuesta de enero, tengo que empezar a ahorrar... a ver si podemos volver a ir a esquiar, de verdad.

Mientras tanto, una vez pasado el peligro, vuelvo a sacar la harina y el azúcar a su sitio.

Y, ¡a esperar a que nieve otra vez




martes, 11 de diciembre de 2012

Pequeños montruos de hoy en día


A menudo me sorprendo a mí misma mirando boquiabierta los dibujos animados que ven mis hijos. Cuando terminan de cenar, antes de irse a la cama, vemos un ratito de tele, y... por eso de entender algo de lo que hablan cuando están jugando, pues me los trago yo también.
 
En estos momentos, es cuanto todo el exceso de actividad y energía del que hacen gala durante el resto del día, se queda perdido en algún sitio (que todavía no se cual es), y se entrar en un estado de semi trance, del que tengo que sacarles a casi a tirones.
 
No hablan, no oyen, no contestan... Me río yo de las terapias de hipnosis que se han puesto tan de moda últimamente!
 
Y es que, no lo acabo de entender. Llamadme nostálgica, pero yo me quedé en la época en que los dibujos eran de colores suaves, caritas amables y canciones pegadizas. Aquello si que era para quedarse mirando! 
 
Los dibujos de ahora me dejan sin palabras. Hemos cambiado a la pequeña Heidi y su amigo Marco por un equipo de fútbol que utiliza técnicas alienígenas para marcar un gol. Personalmente me impresionó mucho la primera vez que vi a mi hijo utilizando (creo), una ventisca eterna desde un lado del pasillo y a mi hija respondiendo con un super puño invencible desde el otro extremo. Creo que fue en ese momento cuando decidí ponerme a ver dibujos con ellos.  
 
Los ositos Jaki y Nuka que veíamos nosotros de pequeños, ahora se han convertido en pequeños seres que aterrorizarían al mismísimo Darth Vader, y participan continuamente en combates guiados por un entrenador para ganar un montón de medallas.
 
La primera vez que los ví, me parecieron feos, a la segunda seguía sin entender nada... Después de varias películas, una colección de 176 cromos, varios estuches e incluso encontrarme figuritas alguna vez en la cama,... chica, hasta les cogí cariño.  Pero ahora, mi hijo de mayor quiere ser entrenador y yo he conseguido aprenderme los nombres de algunos de ellos. Esto ya me preocupa un poco.
 
Y podría seguir con miles de ejemplos, como la esponja que vive debajo del agua y trabaja en una hamburguesería, el niño que tiene un reloj mágico para convertirse en alienígena  bueno y acaban con los malos, o los cuatro niños que se convierten en elementos de la naturaleza para combatir con los malos.... Me los sé todos!
 
Como diría mi madre:
"Hija, pues imaginación ya le han echado un rato" 
 
Y, es cierto, imaginación le han echado, pero...¿Monstruos combatientes? ¿ Técnicas alienígenas? ¿qué será lo siguiente? Sé que me voy a arrepentir de esto, pero ¿cuantas camisetas, cuadernos y lápices de dibujos rarísimos voy a tener que comprar hasta que empiecen a ver cosas de "mayores"?
 
En fin, espero ansiosa las novedades que sin duda traerá la nueva temporada ...