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miércoles, 6 de noviembre de 2013

La volubilidad de las cosas


Últimamente está muy de moda aquello de “El Internet de las cosas”, que viene a ser  algo así como la conexión de objetos de uso cotidiano, que a través  de un pequeño chip que llevarán instalado, se vuelven “inteligentes” y nos avisan, por ejemplo, de la comida que va a caducar o permiten encender la calefacción desde el móvil. Algunos de estos dispositivos empiezan a aparecer, tímidamente en el mercado

Claro,  era cuestión de tiempo que llegáramos a eso, aunque yo me había quedado en  “La Volubilidad de las Cosas”,  que debe ser el estado anterior al de Internet

Muchas veces me he preguntado, ¿Qué extraña fuerza hace que en el preciso momento en el que te agachas para recoger algo que se ha caído, una inocente goma de borrar salga volando y aterrice accidentalmente en el ojo de la Pequeña Princesa? O  ¿Por qué el día que hay espinacas para cenar, el vaso de leche del Príncipe se vuelve inestable y acaba derramándose sobre el plato caliente justo en el momento en que llaman a la puerta?

Cuando hago estas preguntas a los pequeños, ellos me ponen esa carita suya de “Soy inocente y no necesito explicarme” y me miran como diciéndome: Ah pues, ni idea! ¿Cómo ha podido ocurrir? Ja!  Y encima, esperarán a que yo solita resuelva el misterio de las cosas que se mueven solas, y de paso, que no les caiga a ellos un chorreo!

Espero mucho de este nuevo estado de las cosas, el de Internet, porque, ya que voy a poder recibir un mensaje en el móvil cuando se me acabe la leche de la nevera, seguro que alguien se inventa la forma de avisarme antes de que el próximo balón se estrelle contra una ventana mientras los niños están tranquilamente leyendo en el jardín

Ahí lo dejo

miércoles, 30 de octubre de 2013

De como conciliar la vida con el Candy Crush

Tengo que confesarlo.
Estoy enganchada al Candy Crush; ese juego malévolo en el que tu existencia se limita a juntar gominolas para romperlas y subir de nivel

Mi historia empezó hace unos meses, cuando mis pequeños retoños, un día volviendo del cole me dijeron: “Mama, tenemos que bajarnos este juego, que lo tienen Fulanito y Menganito y mola un montón”
Yo, pobre de mí, en mi afán de jugar con ellos a casi cualquier cosa, pues lo instalé y empezamos a jugar. Unas semanas después, mis hijos lo dejaron porque esto de los puzles está guay para un rato, pero luego empieza a aburrir un poco.

Y yo? Pues yo seguí jugando. Total, si voy subiendo niveles…, puedo alcanzar a Pedrito

En cierta medida, me recuerda un poco al Tetris de cuando éramos jóvenes (al que por ciento también me enganché) , con la diferencia de que en aquel entonces tenías que gastarte el dinero que te daban para salir todo el fin de semana, y cambiarlo en monedas de cinco duros que era lo que aceptaba la maquinita. Y aquello me hizo pensármelo un poco mejor

El hecho de no alcanzar nunca a Pedrito, me hace intentarlo e intentarlo y claro, como el también avanza, pues aquello es imposible y busco ratitos para seguir subiendo:

En la oficina, cuando bajo a fumar juego un poco…
…en los intermedios de Águila Roja o de Bones, también
…mientras espero a que los niños acaben de vestirse… me da tiempo
…incluso parada en un atasco conseguí pasarme una pantalla

El otro día estuvimos cenando con Pedrito, y me dijo: “Voy por el nivel 240”. Ahí se me atragantó la aceituna que estaba comiendo y tuve que hacerla pasar con una copa entera de vino. ¿Cómo puede ser que me mas lleve 90 pantallas de ventaja?? Aunque mi respuesta no se hizo esperar:

“Claro, es que tú no tienes hijos”
Esos hijos, que por cierto, han sido los que me han traído el juego y me han dejado sola con él.

Lo he decidido! En cuanto alcance a Pedrito lo dejo

martes, 5 de febrero de 2013

Lágrimas de cocodrilo


Hace falta ser muy buena actriz, para representar una actuación con la calidad con que lo hace mi pequeña Princesita
Da igual si es por un plato de pescao, o porque se ha quedado castigada sin ir al parque.

Durante el primer acto, se desarrola la acción: se entera de que hay pescado para cenar. Entonces empieza con la mirada de cordero degollado, intentando dar lástima.
"Pobre. no sabe que esos trucos ya me los sé, yo también lo hacía cuando era pequeña"- pienso mientras aparento no hacer caso a "la carita de la pena". Aquí todavía me mantengo firme, creyendo que tengo el control de la situación.

Como La Princesita ve que su "carita de la pena" todavía no surte ningún efecto, rápidamente pasa al segundo acto, sin telón, ni descanso, ni nada.
En esta parte, es cuando empiezan los pucheros, que por lo general duran poco, porque en seguida ve que todavía te resistes, y empieza su representación genial

El sofá es la escena perfecta. Se tumba, esconde la cara debajo de un cojín, y empieza a llorar a lágrima viva.
Las "trescientas" primeras veces que me hizo esto, siempre era en este punto cuando me empezaban a flaquear las fuerzas, y me daba cuenta de que ya no tenía tanto control de la situación

En la 301, la cosa no mejora demasiado. Ha pasado unos minutos, de repente, deja de llorar levanta la cara y mira alrededor para comprobar que todavía estoy alli.

Cuando esto ocurre, yo estoy estoy retorciendo el jersey, con mi propia lágrima asomando por el borde del ojillo,y a punto de ceder a no darle el pescado y cambiarlo por espaguetti. Suficiente para ella...que al comprobar que está a punto de conseguirlo, vuelve a bajar la cabeza y sigue llorando aunque esta vez más alto,`para que no quede ninguna duda.

Entonces es cuando me revuelvo.La lagrimilla, que antes luchaba por salir, vuelve a meterse en el ojo. Pongo mi peor "cara de enfado" y pienso ahora se va a comer dos de pescado! Pero, será teatrera!

Después de la dura pelea, se acaba comiendo el pescado. Lo he conseguido y me siento en el sofá a reponer fuerzas un momento. Cuando vuelvo a tener controlada mi tensión, viene con su mejor "carita de Princesita", me abraza y me dice mientras me cubre de besos:
"Mami, mamaíta, cuanto te quiero"

Ala! Aquí no ha pasado nada, y a por la próxima cena de pescado
 
Cuando le cuento esto a mi padre, el se sonríe y me contesta en tono de venganza: "La cosa está clara, es igualita a su madre"...


lunes, 28 de enero de 2013

Oda a Santo Tomas de Aquino


Santo Tomás de Aquino, patrono de los estudiantes
es un día sin cole, y yo sin organizarme antes
ayer Domingo me di cuenta, ¡pero si hay que trabajar!
¿que hago mañana?¿con quién los voy a dejar?

En serio, creo que los astros se han alineado
¿o soy yo?, que desde la mañana todo me parece enredado
yo tenía dentista... y va Papi y se hace un esguince
acompáñame al médico, me dice mientras se viste  

Otra vez tengo que utilizar "puntos familia"
hago mis cuentas mientras llegamos a la clínica
esta vez se han quedado en casa con los abuelos
si vuelvo pronto del trabajo, solo serán dos puntos menos

Los puntos familia son, para aquel que no lo sabe
las veces que dejo a los niños porque tengo que escaparme
 abuelos, tios, ..., a ellos cualquiera les vale
ir a jugar a otra casa, eso si es un desmadre!

Total, que a las doce de la mañana
los niños con los abuelos y Papi tumbado en la cama
me voy a la oficina, y el jefe ¡vaya! ¡menuda cara!
¿dónde estabas? pensaba que hoy faltabas

Al final, todo me ha salido bien
he trabajado, ¡eso si! casi sin comer
me ha dado tiempo a recoger a los pequeños
ducharles, cenarles y desearles felices sueños

Y va la Princesa y me dice
mientras me señala con su pequeño dedo indice:
¿Mami dónde has estado? Hoy era día "de recreo"
"Cariño, hoy mami ha tenido mucho papeleo"

Pero ni mucho menos acaba aqui mi historia
me he quedado sin dentista, ¡se me pasó la hora!
y aún tengo a Papi tumbado y con el pie en alto
¡ay que mañana preveo otro día de infarto!

Esto seguro que  será otro cuento
ya lo contaré en otro momento
solo quiero decir. ya para terminar
que el próximo año me acordaré de Santo Tomás

martes, 11 de diciembre de 2012

Pequeños montruos de hoy en día


A menudo me sorprendo a mí misma mirando boquiabierta los dibujos animados que ven mis hijos. Cuando terminan de cenar, antes de irse a la cama, vemos un ratito de tele, y... por eso de entender algo de lo que hablan cuando están jugando, pues me los trago yo también.
 
En estos momentos, es cuanto todo el exceso de actividad y energía del que hacen gala durante el resto del día, se queda perdido en algún sitio (que todavía no se cual es), y se entrar en un estado de semi trance, del que tengo que sacarles a casi a tirones.
 
No hablan, no oyen, no contestan... Me río yo de las terapias de hipnosis que se han puesto tan de moda últimamente!
 
Y es que, no lo acabo de entender. Llamadme nostálgica, pero yo me quedé en la época en que los dibujos eran de colores suaves, caritas amables y canciones pegadizas. Aquello si que era para quedarse mirando! 
 
Los dibujos de ahora me dejan sin palabras. Hemos cambiado a la pequeña Heidi y su amigo Marco por un equipo de fútbol que utiliza técnicas alienígenas para marcar un gol. Personalmente me impresionó mucho la primera vez que vi a mi hijo utilizando (creo), una ventisca eterna desde un lado del pasillo y a mi hija respondiendo con un super puño invencible desde el otro extremo. Creo que fue en ese momento cuando decidí ponerme a ver dibujos con ellos.  
 
Los ositos Jaki y Nuka que veíamos nosotros de pequeños, ahora se han convertido en pequeños seres que aterrorizarían al mismísimo Darth Vader, y participan continuamente en combates guiados por un entrenador para ganar un montón de medallas.
 
La primera vez que los ví, me parecieron feos, a la segunda seguía sin entender nada... Después de varias películas, una colección de 176 cromos, varios estuches e incluso encontrarme figuritas alguna vez en la cama,... chica, hasta les cogí cariño.  Pero ahora, mi hijo de mayor quiere ser entrenador y yo he conseguido aprenderme los nombres de algunos de ellos. Esto ya me preocupa un poco.
 
Y podría seguir con miles de ejemplos, como la esponja que vive debajo del agua y trabaja en una hamburguesería, el niño que tiene un reloj mágico para convertirse en alienígena  bueno y acaban con los malos, o los cuatro niños que se convierten en elementos de la naturaleza para combatir con los malos.... Me los sé todos!
 
Como diría mi madre:
"Hija, pues imaginación ya le han echado un rato" 
 
Y, es cierto, imaginación le han echado, pero...¿Monstruos combatientes? ¿ Técnicas alienígenas? ¿qué será lo siguiente? Sé que me voy a arrepentir de esto, pero ¿cuantas camisetas, cuadernos y lápices de dibujos rarísimos voy a tener que comprar hasta que empiecen a ver cosas de "mayores"?
 
En fin, espero ansiosa las novedades que sin duda traerá la nueva temporada ...