martes, 5 de febrero de 2013

Lágrimas de cocodrilo


Hace falta ser muy buena actriz, para representar una actuación con la calidad con que lo hace mi pequeña Princesita
Da igual si es por un plato de pescao, o porque se ha quedado castigada sin ir al parque.

Durante el primer acto, se desarrola la acción: se entera de que hay pescado para cenar. Entonces empieza con la mirada de cordero degollado, intentando dar lástima.
"Pobre. no sabe que esos trucos ya me los sé, yo también lo hacía cuando era pequeña"- pienso mientras aparento no hacer caso a "la carita de la pena". Aquí todavía me mantengo firme, creyendo que tengo el control de la situación.

Como La Princesita ve que su "carita de la pena" todavía no surte ningún efecto, rápidamente pasa al segundo acto, sin telón, ni descanso, ni nada.
En esta parte, es cuando empiezan los pucheros, que por lo general duran poco, porque en seguida ve que todavía te resistes, y empieza su representación genial

El sofá es la escena perfecta. Se tumba, esconde la cara debajo de un cojín, y empieza a llorar a lágrima viva.
Las "trescientas" primeras veces que me hizo esto, siempre era en este punto cuando me empezaban a flaquear las fuerzas, y me daba cuenta de que ya no tenía tanto control de la situación

En la 301, la cosa no mejora demasiado. Ha pasado unos minutos, de repente, deja de llorar levanta la cara y mira alrededor para comprobar que todavía estoy alli.

Cuando esto ocurre, yo estoy estoy retorciendo el jersey, con mi propia lágrima asomando por el borde del ojillo,y a punto de ceder a no darle el pescado y cambiarlo por espaguetti. Suficiente para ella...que al comprobar que está a punto de conseguirlo, vuelve a bajar la cabeza y sigue llorando aunque esta vez más alto,`para que no quede ninguna duda.

Entonces es cuando me revuelvo.La lagrimilla, que antes luchaba por salir, vuelve a meterse en el ojo. Pongo mi peor "cara de enfado" y pienso ahora se va a comer dos de pescado! Pero, será teatrera!

Después de la dura pelea, se acaba comiendo el pescado. Lo he conseguido y me siento en el sofá a reponer fuerzas un momento. Cuando vuelvo a tener controlada mi tensión, viene con su mejor "carita de Princesita", me abraza y me dice mientras me cubre de besos:
"Mami, mamaíta, cuanto te quiero"

Ala! Aquí no ha pasado nada, y a por la próxima cena de pescado
 
Cuando le cuento esto a mi padre, el se sonríe y me contesta en tono de venganza: "La cosa está clara, es igualita a su madre"...


4 comentarios:

  1. uff, que paciencia! mi monillo tiene cuatro meses y mucho me temo que ya me tocará pasar de las mias :) ¡suerte la siguiente noche de pescado! :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias lanadelbebe, y no te preocupes que solo son las trescientas primeras veces!

      Eliminar
  2. Hola! Me ha gustado mucho este blog. Te he citado en el mío para hablar de la vida ajetreada. Este blog me ha parecido un maravilloso ejemplo de cómo llevar una vida ajetreada. Gracias!

    ResponderEliminar
  3. Es que asi son los niños, van probando sus limites, hasta donde pueden llegar para conseguir lo que quieren,y uno que los adora muchas veces quiere ceder.muy lindo blog besos y abrazos vistame para compartir experiencias http://flashlovee.blogspot.com/ que tengas un lindo dia.bye

    ResponderEliminar